Por Karen Iwamoto
Argentina es el único país vitinícola que declaró a su vino como bebida nacional. El Malbec argentino és considerado el mejor del mundo, aun así hay mucho más clases de uvas y tipos de vino. ¿Quieres saber más? Pues ahí vamos a conocer vinos de altura, la única uva nativa de Argentina, y un viñedo asombroso que combina viajes de aventura con arte.
La Quebrada de Humahuaca se ubica al noroeste de Argentina, en un valle andino con un paisaje espectacular. Su atractivos incluen pueblos de raíces ancestrales, el Cerro de los Siete Colores, formaciones geológicas muy extrañas, y las Salinas Grandes, que és una grande planicie blanca de sal. Se trata de un paisaje cultural único y que cuenta con la ruta del vino más alta del mundo.
Un vino de altura es un vino elaborado con de uvas cosechadas en fincas implantadas a más de 800 metros sobre el nivel del mar. En Salta, los viñedos más bajos están a 1.650 metros y los más altos a 2.600, con uno a 3.100 metros que compite por ser el más alto del mundo. El clima es árido, seco, con una gran amplitud térmica, y estas condiciones favorecen la maduración y concentración de aromas. Con bajas temperaturas y mucho sol, los viñedos maduran con mayor lentitud, y las uvas se desarrollen con más aromas, más taninos y colores más vivos. Los vinos de altura son más frescos, fluidos, se dice que tienen más expresión de terruño y personalidad.
En el valle se cultivan diversas variedades aunque la más emblemática es el Torrontés, la única cepa 100% argentina. En efecto, el Torrontés es una variedad criolla, una uva con una identidad salvaje que puede producir vinos muy elegantes, amarillo claro, con notas florales y con toques de frutas tropicales. Es una de las únicas cepas en las que la tipicidad se mantiene incluso en los vinos dulces y de cosecha tardía. Su implantación es excelente en el valle Calchaquí donde adquiere su mejor expresión.
Unos de los viñedos más altos se encuentra escondido en un rincón de los vales. En la actualidad la Bodega Colomé es un referente de los vinos de calidad y fue elegido como uno de los 25 mejores viñedos del mundo para ser visitados. Un programa completo incluye visita a la bodega, degustación, y visita al Museo James Turrell. En la degustación, puedes probar distintas variedades de vinos pero la cosa más fascinante es el museu de la luz. Turrell, conocido como “el genio de la luz”, tiene presencia en los principales museos del mundo, pero este es el único dedicado exclusivamente a su obra, que combina luz natural y artificial con la arquitectura del lugar. Su arte pide una contemplación silenciosa, y nadie tiene la misma percepción sobre los colores de una misma obra. Una curiosidade deste artista es que sus obras son reproducibles en cualquier espacio que cumpla las condiciones necesarias para su instalación. Turrell no vende objetos únicos a los coleccionistas sino que brinda planos con indicaciones sobre cómo colocar los objetos y las fuentes de luz para crear sus obras. És una experiencia sensorial única. En ese contexto de viñedos de altura, clima, paisajes, altitud y experiencia, Colomé es una de las gemas de la región y su visita vale la pena.
Y entonces, ¿te animas a conocer Argentina a través de esta ruta del vino?
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