Por Victor Hernandes
SpaceX, propiedad de Elon Musk, realizó el primer lanzamiento orbital tripulado privado de la historia al espacio. A bordo del cohete Falcon 9 y la nave espacial Dragon, el lanzamiento tuvo lugar el 15 de septiembre de 2021 a las 21:00 (GMT), en el Centro Espacial Kennedy, en Orlando, Florida, Estados Unidos.
En la nave espacial estaba el multimillonario Jared Isaacman, director ejecutivo de Shift4 Payments, en el negocio del comercio electrónico, con otros tres miembros de la tripulación, ninguno de los cuales era astronauta.
El viaje titulado “Inspiration4” fue concebido por Isaacman para concienciar a las personas sobre las causas sociales. El principal de ellos es el St. Jude Children's Research Hospital en Memphis, Tennessee, un importante centro de tratamiento del cáncer pediátrico, donde donará $ 100 millones.
Aproximadamente tres horas después del lanzamiento, la cápsula de la tripulación había alcanzado una altitud orbital de poco más de 585 km, más alta que la Estación Espacial Internacional o el Telescopio Espacial Hubble, y lo más lejos que un ser humano ha volado desde la Tierra desde que el hombre pisó la Luna como parte de Programa Lunar Apollo de la NASA, que finalizó en 1972.
La nave espacial Dragon tiene 16 propulsores Draco, capaces de generar 40,8 kilogramos de fuerza cada uno en el vacío espacial. Para el reingreso a la órbita terrestre, la nave tiene dos paracaídas para estabilizar y cuatro más para ayudar a desacelerar antes de aterrizar.
Con la capacidad de transportar hasta siete pasajeros, según SpaceX, es la única nave espacial capaz de transportar grandes cantidades de carga desde la Estación Espacial Internacional (ISS) a la Tierra.
Después de tres días en el espacio, la nave Dragon regresó con éxito a la Tierra el 18 de septiembre de 2021. La nave Dragon aterrizó en el Océano Atlántico cerca de Florida (EE. UU.) A las 8:06 pm, según lo programado, y abrió alrededor de las 8:50 pm.
A su regreso a la atmósfera terrestre, la cápsula alcanzó una velocidad de 27.000 km / h, unas 20 veces la velocidad del sonido. El aterrizaje fue ayudado por paracaídas. En el momento en que Dragon entró en la atmósfera de la Tierra, se anticipó una pérdida de comunicación debido a inestabilidades eléctricas causadas por la fricción de la nave con los gases atmosféricos. Después de cuatro minutos de silencio, se reanudó la señal.
Sin embargo, todo el proceso transcurrió sin problemas. La tripulación no tuvo que preocuparse por controlar el vehículo, lo que se hizo directamente desde la Tierra. En cambio, vieron películas justo antes de que Dragon se preparara para regresar.
Los astronautas aficionados dejaron la nave espacial caminando solos y saludando a las cámaras de prensa. Después del aterrizaje, los cuatro se sometieron a evaluaciones médicas, que forman parte del protocolo.
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