Por Natsha Barros
Perú es uno de los países más buscados por personas interesadas en civilizaciones antiguas y ruinas. Sin duda, las ciudades de Machu Picchu y Cuzco son las más famosas de ellas. Sin embargo, el país tiene muchas otras riquezas históricas que visitar y explorar.
Ubicada a más de 150 km al norte de Lima, en el Valle de Supe en Barranca, hace más de 5,000 años se estableció lo que ahora es reconocida como la ciudad más antigua de América, y la segunda más antigua del mundo: Caral. Según historiadores e investigadores, la civilización de Caral se desarrolló aproximadamente entre el 3000 y el 1700 a.C., y se ha caracterizado como una sociedad contemporánea desde la época de las pirámides en Egipto.
La primera contribución de Caral a la sociedad actual es en el campo del conocimiento histórico al mostrar la gran antigüedad de la civilización en el Perú y en América, modificando con ello concepciones sobre la condición humana en el planeta.
Caral fue una ciudad-estado que alguna vez albergó entre mil y tres mil habitantes. Entre las ruinas ya descubiertas y excavadas se encuentran seis pirámides, plazas circulares, residencias y lugares donde se realizaban ceremonias y rituales religiosos.
Los habitantes de Caral eran sedentarios (no nómadas como todos los seres humanos prehistóricos) y tenían una civilización plenamente constituida, con centros políticos y religiosos.
Se sabe muy poco sobre la gente de Caral, sus costumbres, creencias y la verdadera razón por la que abandonaron la región. Hay teorías de que la ciudad fue enterrada a propósito y que una de las razones más aceptadas para el abandono sería el clima desértico de la región. La población se habría ido en busca de regiones con mejores condiciones.
La ciudad santa abre todos los días a las 9 de la mañana para visitas.
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